Mientras que privatizar servicios de primera necesidad puede resultar imprudente o al menos sospechoso de serlo, la necesidad de que Internet sea una red abierta, y ajena a las presiones de los gobiernos de turno ha sido algo largamente esperado que tuvo lugar definitivamente el pasado día 1 de octubre.
Desde ese día la organización que gestiona los servicios más críticos de Internet, la ICANN, ha dejado de ser controlada por el gobierno de los Estados Unidos, como sucedía desde 1998. Éste control fundamentalmente venía de la mano de la administración llevada a cabo por el Departamento de Comercio Telecomunicaciones y Información (NTIA) que gestionaba la asignación de direcciones de Internet pasando a partir de este momento a ser gestionada por el sector privado, mediante un sistema de multistakeholders, es decir colectivos privados implicados en el uso de Internet a nivel mundial.
Como resultado, la coordinación y la gestión de los identificadores únicos de Internet están ahora privatizados y en manos de una comunidad basada en voluntarios.
Llama la atención el proceso de elaboración de la propuesta, el cual refleja que nuevas formas de regulación abiertas son posibles, con independencia de países y de regulaciones estatales o plurinacionales.
Tal y como se afirma desde el sitio web de la ICANN, el proceso para desarrollar el paquete de propuestas de transición encarna el espíritu de la propia Internet: global, diversa e inclusiva. Personas de diferentes sectores económicos, culturas, intereses y antecedentes trabajaron juntos para desarrollar dos propuestas de consenso que garantizasen el funcionamiento continuo, estable y seguro de los servicios de IANA y una mayor rendición de cuentas de la ICANN como venía de una de las dos grandes propuestas de la transición. La otra se centró en acuerdos con los tres sectores operativos, los Registros Regionales de Internet para la asignación de los números, el Grupo de Trabajo de Ingeniería de Internet para los parámetros de protocolo, y los registros de dominio de nivel superior para los nombres.
«Esta transición fue concebida hace 18 años, sin embargo, fue el trabajo incansable de la comunidad mundial de Internet, el que permitió redactar la propuesta final, que hizo que esto sea una realidad«, afirmó el presidente de la ICANN, Steve Crocker. Para él «Esta comunidad validó el modelo de múltiples partes del gobierno de Internet. Se ha demostrado que un modelo de gestión definido por la inclusión de todas las voces, incluyendo negocios, académicos, expertos técnicos, la sociedad civil, los gobiernos y muchos otros es la mejor manera de asegurar que la Internet del futuro sigue siendo tan libre, abierto y accesible como el Internet de hoy en día.«
Deberemos observar muy de cerca el funcionamiento de este modelo de gestión ya que podría ser exportable a otro tipo de relaciones en las que el elemento territorial no puede aplicarse y que pueden permitir resolver problemas de aplicación de normas o de determinación de jurisdicción, que en la actualidad parecen de solución inalcanzable.